Que nadie esté de acuerdo contigo no significa que tu no tengas la razón

Era Amor

domingo, 4 de febrero de 2018

Cómo Educar al Niño Sanador o “Eslabón Sanador”

El Niño Sanador suele Absorber las "Enfermedades" de los Demás


¿Es tu hijo alérgico a la lactosa?, ¿padece tu hijo de gases?, ¿se le inflama el estómago a menudo?, ¿sufre de estreñimiento o cólicos?, ¿es tu hijo tímido, vergonzoso, retraído , ¿es tu hijo muy nervioso, hiperactivo?, ¿le gusta a tu hijo estar solo?, ¿se esconde cuando ciertas personas llegan a tu casa?.

Quizás tu hijo sea un “eslabón sanador” y no padece ninguna enfermedad, quizás solo sienta como estás tu, tu marido, sus hermanos, etc.

No lo reprendas si no se comporta como se espera que se comporten los niños, no lo reprendas si no quiere darle un beso a la tía.

El "Eslabón Sanador" no entiende un Mundo sin Amor

Escúchale y hazle caso cuando se quiera ir de algún lugar determinado o cuando te diga sin más ni más “Pepe malo”, aunque tu no lo creas, el niño sabe que Pepe es malo.

No castigues a tu hijo si se pone impertinente en la cola de la caja de aquellos almacenes, lo más probable es que esté sintiendo la impaciencia de los clientes que esperan para pagar sus compras y el nerviosismo y agobio de la cajera. No te enfades con tu hijo si se pone nervioso en el supermercado, si pudieras ver las energías de ciertos lugares donde existen aglomeraciones de personas verías un “campo de batalla energético”.

Confía en tu hijo si no le ríe las gracias a la vecina o llora cuando tu compañero de trabajo le hace el “ju ju ja ja”, por algo será.

Dar y Recibir Amor. El Deseo del Niño Sanador

No regañes a tu pequeño gran sanador cuando se comporte “raro” piensa que él puede “ver” más allá que tu, y no te quejes nunca de lo mucho que se enferma, gracias a él quizás estás viva tu, tu marido y tus otros hijos.

El “eslabón sanador” es el que mantiene equilibrada a la familia, y es al fin y al cabo el que se “traga” el disgusto del padre cuando le bajaron el sueldo, la irritación de la madre cuando le viene la menstruación, la frustración de la hermana adolescente y la pena del hermano pequeño que perdió su osito de peluche.

Cuida con esmero a tu hijo, si es un “eslabón sanador” necesita de mucho contacto físico, de mucho amor de verdad, de caricias, de masajitos en la barriguita, de escuchar “te quiero pichoncito”. Piensa que para su alma el mundo en el que vivimos ausente de amor es algo extraño y no lo entiende.

Piensa que tienes un Sol en tu casa, una Joya, un enviado de Dios...





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